¡Hola a todos de nuevo! Sigo por estos parajes galos, en plena actividad músico-escolar. Y digo musical, porque este centro posee como sello identificativo, como aspecto más destacable, su vinculación con el jazz y concretamente, con la enseñanza del mismo dentro de su horas regladas de clase y todo ello, para chicos de 11 a 15 años.
Este proyecto nació con la vocación de hacer resurgir no solo una tasa baja de matrícula, sino una economía debilitada en la zona. Por desgracia, hace unos años el número de alumnos era únicamente de unos 150 y como singular atractivo en el pueblo, poseían un festival de jazz que se celebraba en el primer fin de semana de julio. Con todo ello, a los fundadores del festival y a las autoridades educativas, se les ocurrió crear una sección que promoviera este género musical, para intentar aumentar la matrícula, todo a la imagen de Marciac, que ya contaba con uno.
La implantación del plan se llevó a cabo en el curso 2002-03, y supuso un revulsivo para la comarca, no solo monetario; nuevos habitantes y una cultura musical que han aportado cambios importantes educativos ya, en varias generaciones de padres y alumnos (en la actualidad el doble, unos 324).
La selección de los músicos se realiza en mayo en una entrevista conjunta de aspirantes, padres, algunos miembros del equipo docente y el director. Los criterios son siempre los mismos, se establece que una parte sean alumnos que ya saben tocar un poco alguno de los instrumentos y otra parte, la componen los debutantes. El grupo lo forman un total de 27 chicos y chicas, que se mezclan con el resto de alumnos en las demás materias y se mantiene, lo más estable posible, durante su escolaridad en este centro, con ensayos martes y jueves.
Cada dos años graban un cd durante el fin de semana, momento al que pude asistir (del que os dejo aquí abajo grabado una parte de uno de sus temas), y protagonizan entre 15-20 conciertos durante los cuatro años de colegio. Colaboran con directores y músicos internacionales que vienen al colegio a impartir clases magistrales o bien proponen conciertos a los alumnos para tocar en sus países de origen como ha ocurrido durante mi estancia, con Vladimir Jelenkovie de la ciudad de Nisville de Serbia. Creo que es digno de admiración el resultado, juzgad vosotros mismos:
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